Thursday, August 19, 2010

Volver a creer

Sol y nubes. Ambos presentes, ambos ausentes. Este es el cielo ambivalente que nos cubre en este preciso instante. Una mezcla de polvo y agua. El sol no termina de hacer lo suyo auque parece concentrarse en quemarnos la piel que no cubre nuestras ropas. Todo es tan contradictorio. Así son estos días. La ciudad se ha llenado de nada. No parece haber razones para el tráfico endemoniado. ¿Adónde van tantos y tan a prisa?. Los semáforos parecen burlarse de todos: en cualquier momento se apagan, en otro las cuatro esquinas se ponen de acuerdo para estar en rojo, verde, da lo mismo y en otro distinto simplemente están intermitentes, como provocándonos, como si supieran que los venezolanos no nos vamos a bajar del carro para golpear a un tipo de más de tres metros. Todo parece insulso. Me pregunto si algo funciona bien. La sociedad trabaja por secciones pero sin engranar, la maquinaria completa carece de idea de conjunto. Al llegar a mi casa vuelvo a creer. El tener un espacio en el cual tu cuerpo cabe, tus palabras tienen oídos que las escuchen y tus miedos encuentran reposo te tranquiliza.
Pero esas son cosas del mundo.
Estoy hablando como si no supiera que todo es una ilusión. El demonio susurra de nuevo y mi alma presta oido a esto que martiriza y me hace pensar que tengo razón: el mundo está mal y mi juicio es justo. Las noticias no son más que eso: noticias. Soy yo quien les da color y sabor. Casi siempre escojo rojo amargo. Hay que cambiar para dejar de ser vivos muertos.

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